La mayoría de las personas le temen a envejecer, pero la clave esta en "como" se llega ala vejez, mas que en llegar a esta etapa de la vida que es casi inevitable.
La "lucidez" es la capacidad que nos permite poder razonar y expresar lo que pensamos de manera adecuada, depende de la preservación de las capacidades cognitivas -el lenguaje, el juicio, la inteligencia, la atención, la ubicación espacio temporal, la memoria, la capacidad visuoespacial, que deben mantenerse casi sin modificaciones hasta edades avanzadas.
Si hablamos a nivel neuronal, la capacidad cognitiva depende de la capacidad de las células nerviosas de establecer conexiones, lo que llamamos "sinapsis". Mientras mas joven se sea las dinamicas de formacion de sinapsis es mayor.
"Está demostrado que cuanto más activas se mantengan las capacidades cognitivas durante la juventud (mediante el estudio, la actividad social, el juego y todo aquello que estimule el ejercicio de la inteligencia y la salud mental), mayores serán las conexiones sinápticas que se establecen, y mayores son las chances de tener una buena capacidad cognitiva a medida que se avance en edad", aseguró el doctor Moisés Schapira, especialista en Medicina Familiar y Gerontología.
Pasados los 65 años, señaló, "deben buscarse actividades que permitan preservar las funciones remanentes y ejercitarlas, pero es muy difícil recuperar una función cuando se perdió por completo". Por eso es fundamental estar atentos a las posibles señales de deterioro, diferenciar situaciones "normales" acorde a la edad, de aquellas que representan algún grado de declinación, y recurrir a actividades y tratamientos capaces de minimizar el deterioro cognitivo.
¿Pesan los años?
"El enlentecimiento de los movimientos y de la marcha o los olvidos son señales típicas del paso de los años. "Efectivamente hay cierta disminución de capacidades propias en la ancianidad como algunos olvidos o la dificultad para recuperar nombres propios", indicó el director médico de Hirsch, centro para Adultos Mayores y Rehabilitación.
Los síntomas dependen de la persona, así como de la causa del deterioro y de las funciones afectadas. Puede tratarse de un trastorno amnésico (pérdida de la memoria), afásico (pérdida del lenguaje) o múltiple. El juicio, la orientación o la capacidad visoespacial pueden verse afectados también. Esta última, por ejemplo, se identifica cuando la persona no puede reproducir una determinada figura o una forma geométrica.
Es en el entorno de la persona donde existe la mayor facilidad para detectar estos trastornos ya que es posible comparar las capacidades actuales con las que el paciente tenía a una edad más temprana.
Otro de los puntos centrales es el cuidado integral de la salud cardiovascular, ya que los factores de riesgo vasculares –la hipertensión arterial, la diabetes, el colesterol alto, el tabaquismo o la falta de actividad física– incrementan también el riesgo de deterioro de las células del sistema nervioso. Incluso aumentan el riesgo de padecer demencia, es decir, una caída severa del potencial cognitivo de la persona respecto de cuando era más joven. La enfermedad de Alzheimer es el ejemplo prototípico.
Fuente:
Infobae
Link:
http://www.infobae.com/2013/05/08/709752-las-estrategias-vivir-mas-100-anos
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