Cuando alcanzamos la madurez personal, tanto el nivel afectivo como el intelectual, es cuando en muchos casos destituyen a las personas mayores de sus puestos de trabajos para dárselos a nuevas generaciones.
A partir de ese momento empiezan a surgir las dudas, empieza una crisis de desgaste, el desánimo se hace patente, la desilusión y el sentimiento de incompetencia adquieren fuerza. De pronto el adulto mayor pasa de ser alguien integrado en la sociedad a no ser valido para desempeñar el puesto de trabajo que tiene y por tanto se siente rechazado o deja de sentirse aceptado.
Llegados a este punto, ¿dónde está la iniciativa, la motivación de logro y la adaptabilidad? ¿dónde está la influencia, la capacidad para liderar equipos y la conciencia política? ¿Dónde está la capacidad empática, la confianza en uno mismo y la capacidad de alentar el desarrollo de los demás? Parece que de repente, el autocontrol, la responsabilidad, la fidelidad, las habilidades sociales, la capacidad de establecer vínculos y la capacidad de aprovechamiento de la diversidad se los hubiese tragado la tierra.
Esto genera una crisis en la edad madura, ya que con la realidad: “ya no tienes las competencias suficientes para desempeñar tu puesto de trabajo y por eso es necesario que te retires”.
Llegados a este punto, ¿dónde está la iniciativa, la motivación de logro y la adaptabilidad? ¿dónde está la influencia, la capacidad para liderar equipos y la conciencia política? ¿Dónde está la capacidad empática, la confianza en uno mismo y la capacidad de alentar el desarrollo de los demás? Parece que de repente, el autocontrol, la responsabilidad, la fidelidad, las habilidades sociales, la capacidad de establecer vínculos y la capacidad de aprovechamiento de la diversidad se los hubiese tragado la tierra.
Hay un término muy bonito que se asocia mucho a los adultos mayores, este término es la “sabiduría” y consiste principalmente en acomodar todas estas competencias que poseemos y que hemos desarrollado y alimentado a lo largo de nuestra vida, y dirigirlas hacia nuevas metas, nuevos objetivos y nuevas actividades.
El adulto mayor no debe olvidar lo que a logrado y hecho a lo largo de su vida y debe nutrise de eso para poder seguir creciendo.
Porque yo me resisto a creer que llega un momento en el que paras de crecer, yo soy de los que creen que sigues creciendo día a día tanto personalmente como socialmente y, esto debe ser el motor y la autoestima que debe guiar a nuestros mayores hacia la autorrealización.
Porque yo me resisto a creer que llega un momento en el que paras de crecer, yo soy de los que creen que sigues creciendo día a día tanto personalmente como socialmente y, esto debe ser el motor y la autoestima que debe guiar a nuestros mayores hacia la autorrealización.
Por tanto, la inteligencia emocional es la oportunidad que tienen las personas para lograr todo aquello que se propongan siempre y cuando se haga un uso eficaz, efectivo y eficiente de los recursos que posee cada uno.
- Fuente:
- Psicopedia
- Link:
- http://psicopedia.org/1715/la-inteligencia-emocional-en-la-vejez/